19 de octubre de 2016

P. Luis Laureán, L.C., biógrafo de San José Sánchez del Río: “Su valentía y fortaleza son un ejemplo para la audacia y arrojo de los adolescentes del ECYD"

San José Sánchez del Río, el muchacho de 14 años martirizado durante la Guerra Cristera en México, y canonizado el pasado 16 de octubre en Roma por el Papa Francisco, junto con santa Inés son los dos patronos del ECYD “por su amor apasionado a Cristo, su valentía en la defensa de la fe y su pureza de corazón”, afirman sus Estatutos. El biógrafo del mártir mexicano, el P. Luis Laureán, L.C., ahonda aún más: es modelo para los chicos y chicas del ECYD por su “amor apasionado a Cristo como fundamento de una vida cristiana que anima a los adolescentes a la generosidad para dar testimonio efectivo de su fe. Joselito es un ejemplo para quienes quieren hacer algo grande con su vida en bien del prójimo, de la Iglesia, de los pobres”.

El P. Luis Laureán ha dedicado un tiempo a 
LomásRC y ha respondido a la entrevista que ofrecemos a continuación. El P. Luis es una autoridad hablando de José Sánchez del Río, pues ha escrito una biografía sobre él titulada "El niño testigo de Cristo Rey”. Actualmente vive en Roma, pero el padre también ha trabajado en España como profesor en el seminario de Salamanca y como capellán en los colegios Everest y Highlands School El Encinar.




Padre, usted tiene una vinculación casi que personal con San José Sánchez del Río. Explíquenos.

Efectivamente, soy de Sahuayo, Michoacán, la ilustre cuna de San José Sánchez del Río. Todos los niños de mi pueblo hemos conocido la historia de nuestro paisano más ilustre; todos queríamos ser como él, es decir valientes y defensores de la fe cristiana, defensores de nuestros sacerdotes y de nuestra templo parroquial dedicado al Apóstol Santiago; le llamábamos Joselito. Conocimos su casa natal; conocimos a familiares. Sabíamos muchos detalles de su vida, sobre todo de su martirio; y nos gustaba mucho el episodio de los gallos finos de pelea que mató en la iglesia parroquial de Sahuayo cuando esta fue convertida en cárcel y cuartel para que no siguieran manchando su templo muy querido en donde había sido bautizado, confirmado y en donde había hecho su primera comunión.

Parece inexcusable preguntarse por qué la Iglesia canoniza a un muchacho de apenas 14 años de edad en pleno siglo XXI…
La edad no cuenta para la canonización. San Tarsicio era mucho más pequeño y es un gran santo patrono de los monaguillos, así como los tres niños mártires de Tlaxcala, patronos de la niñez. Lo que cuenta para ser canonizado es la vivencia de las virtudes cristianas en grado heroico; en el caso de San José Sánchez del Río cuenta su valentía, su gran fe y amor a Cristo, su devoción al sacramento de la Eucaristía, su fortaleza y generosidad al exponer su vida y salvar la vida de su capitán; y finalmente su firmeza en no claudicar de su fe ni cambiarse de bando para salvar su vida.

¿Cómo fue el martirio de este adolescente?
Después de los insultos y golpes al ser apresado, fue conducido a la cárcel -que aún se conserva- en la localidad de Cotija para pasar la noche, mal dormir y mal comer; al día siguiente fue trasladado a Sahuayo con un piquete de federales y encerrado en el bautisterio de la parroquia Santiago apóstol. Era el 7 de febrero de 1928. El 10 de febrero, sacan a José de la iglesia y lo llevan al mesón cercano. Ahí vive su última tarde y su última cena. Escribe una última carta a su tía María, a la que pide la comunión eucarística, aunque de forma velada; cena y comulga por última vez (fue su viático, el pan de los fuertes). Más tarde lo torturaron: le hacen unas heridas en las plantas de los pies y lo conducen por las calles empedradas hasta el cementerio. Allí, en la zona de la fosa común, lo conminan a renegar de su fe y gritar "viva el supremo gobierno" para salvar su vida; pero José grita: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!” Le dan un golpe en la cara con la culata de un máuser, cae al suelo y es acuchillado en el pecho, en las piernas, en los brazos... Se va apagando su vida, le queda poco aliento y logra balbucir: "Viva Cristo Rey". Uno de los ejecutores desenfunda su pistola y le dispara casi a quemarropa en la cabeza, detrás de la oreja derecha. Y muere mártir de Cristo Rey.


El ECYD tiene a san José Sánchez del Río como uno de sus patrones. ¿Qué les aporta este santo a los adolescentes?
Los estatutos del ECYD dicen que junto con Santa Inés son sus dos patronos “por su amor apasionado a Cristo, su valentía en la defensa de la fe y su pureza de corazón…”. Efectivamente, amor apasionado a Cristo como fundamento de una vida cristiana que anime a los adolescentes a la generosidad para dar testimonio efectivo de su fe. Precisamente la valentía y fortaleza de Joselito -como le dicen en mi pueblo- es un ejemplo para avivar la audacia y arrojo que todo adolescente lleva en su corazón, postura muy común entre los muchachos de su edad que les hace capaces de grandes hazañas... San José Sánchez del Río es un ejemplo para quienes quieren hacer algo grande con sus vidas en bien del prójimo, de la Iglesia, de los pobres... Precisamente los jóvenes del ECYD financiaron con sus pequeños donativos, pero sobre todo con su entusiasmo, la estatua yacente en bronce y la colocaron en el cementerio, en el lugar de su martirio.

Aquella época era de persecuciones a la fe y a los cristianos, ¿ve alguna similitud entre aquella época y la actual?
Por lo que se va viviendo o sufriendo en España y en México, hay una persecución muy solapada contra los valores tradicionales, sobre todo contra los valores cristianos. Y nuevamente se presenta este fenómeno desde la "legalidad" de las leyes. El segundo capítulo de mi libro se titula, precisamente, Legislación inicua. Y es que resulta una legislación que no respeta los derechos fundamentales de todas las personas, más bien favorece pequeños grupos de interés. El resultado va en dirección de denigrar a la mujer, debilitar la institución familiar, desacreditar a la Iglesia y ridiculizar lo religioso.

Padre, ¿pero no le resulta muy radical que un muchacho de apenas 14 años se lance a una guerra? El mensaje del ECYD es un mensaje diferente
Muy radical fue su decisión y radical fue el resultado: martirio. Hoy en día se acepta que sean radicales quienes promueven destruir monumentos, cambiar nombre a las calles, presentar leyes en favor de algunas ideologías y no para el bien común... Pero cuando unas niñas del ECYD defienden la vida les arrebatan el micrófono y las tachan de radicales. El mensaje del ECYD es de paz y fraternidad; pero también es de apostolado. Hoy la defensa de la Iglesia, de la fe católica no se debe hacer con las armas sino con el diálogo, el testimonio y ejemplo de la propia vida coherente; es decir, no avergonzarse de ser discípulos de Cristo, camino, verdad y vida. Dar testimonio con valentía y con inteligencia, como nos aconsejaba el Papa Benedicto, para las circunstancias de una época de descristianización y laicismo mal interpretado.

San José Sánchez del Río se presentó ante los cristeros, pero fue admitido para llevar el estandarte y la corneta, no para llevar armas. Y si fue canonizado es porque nunca se manchó las manos de sangre. Esto queda demostrado por los detalles de su captura; si hubiera matado o simplemente herido a algún federal, en ese momento hubiera sido acribillado y no llevado prisionero, o fusilado sin juicio previo; era la manera vengativa de la guerra contra los cristeros.



Una característica básica en el ECYD es la alianza que hacen los chicos y chicas con Jesús. ¿Cómo era esa relación entre san José y Cristo?
"Que Viva mi Cristo, que viva mi Rey". San Joselito no solamente cantaba o gritaba vivas a Cristo Rey, sino que tenía una amistad muy real y fiel con Jesús, su gran amigo, su compañero, su salvador y redentor. Era una amistad espontánea, natural; la había aprendido de sus padres, sobre todo de su mamá; la había aprendido de sus sacerdotes, de sus catequistas. Amistad que se aquilató el día de su primera comunión. Basta ver la fotografía, con su traje y su vela de primera comunión; ver su rostro y sus ojos para descubrir la transparencia de su alma y la devoción infantil, pero muy real, a Jesús eucaristía. Esa imagen es su retrato y refleja la santidad que conquistaría con su martirio.

Hay algo fundamental en la vida de san José: su familia. ¿Cómo describiría usted esa relación? De hecho creo que su madre estuvo presente durante el martirio de su hijo
No, su madre no estuvo presente en su martirio. De hecho, el único testigo fue Luis Gómez, el sepulturero; la orden del diputado Picazo fue que nadie se enterara, que fuera apuñalado, que lo ejecutaran bien entrada la noche, después del toque de queda. Pero su mamá y su familia tuvieron mucho que ver en su formación como cristiano. Su mamá le leía revistas católicas y le pedía ayuda para catequizar a los niños del rancho y prepararlos para la primera comunión.

Padre, hablando del martirio que sufrió este chico de 14 años, ¿qué mensaje podemos recuperar para los que vivimos casi 90 años después?
A nosotros nos deja un mensaje o una invitación para conquistar nuestra fidelidad al amor de Cristo. Su vida y su martirio nos dicen que es posible ser fieles. Su canonización nos garantiza su intercesión. Él es un guía y desde el cielo nos protege y acompaña por el camino de una vida cristiana coherente y valiente 90 años después, en circunstancias análogas. Hoy también hay riesgo de martirio por el hecho de ser cristiano o por llevar una cruz al pecho; hoy se prohíben los crucifijos, se suprime la cruz, se ridiculiza a los sacerdotes o las monjas, se acusa a nuestros obispos y se les amenaza con juicios penales. ¿Quién levanta su voz para defenderlos? Pedimos a San José Sánchez del Río que interceda por los perseguidos a causa de la justicia. Que nos ayude a alcanzar la victoria y dar testimonio de nuestra fe y amor a Cristo.

¿Qué le motivó a estudiar la figura de san José Sánchez del Río, cuando todavía era un desconocido este chico?
En realidad, nunca fue un desconocido. Los jóvenes de la Acción Católica contaban su historia, no solo en Sahuayo sino en toda la República Mexicana, en Argentina y en muchos países. Por tanto no se puede decir que fuese un chico desconocido.

Me motivó a estudiar detalladamente su vida porque siendo yo niño mi tía Adela me llevaba de peregrinación al Cerro del Cubilete (centro geográfico de México) al monumento a Cristo Rey; y yo escuchaba con atención las historias que narraban los antiguos cristeros. Mi tía Adela fue de las Brigadas femeninas Santa Juana de Arco.

También me llamó la atención que Jean Meyer no mencionase en ninguno de sus libros la heroica historia de José Sánchez del Río, con la fama que tiene de ser el mejor historiador de la "Guerra Cristera". Entonces pensé en escribir una biografía documentada que mostrase la verdadera razón del enfrentamiento, no como guerra civil, sino como una reacción en defensa de los derechos fundamentales de la persona, sobre todo para defender el derecho a la libertad religiosa y de conciencia. Fue un levantamiento en contra de leyes realmente persecutorias contra la Iglesia Católica, en la primera mitad del siglo XX. Y quienes participaron retomaron el ejemplo de los grandes defensores de los derechos de Dios frente a la tiranía de las leyes.

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La biografía San José Sánchez del Río escrita por el P. Luis Laureán, “El niño testigo de Cristo Rey”, se puede conseguir en Ocio hispano, en amazon.com y en algunas librerías como la cadena San Pablo, Paulinas o El Corte Inglés.

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